Visitar Formentera es totalmente obligatorio e imperdonable si no guardas un día de tus vacaciones para ello. Una ocasión estupenda de conocer el que muchos consideran como el último paraíso del mediterráneo, que además tiene un aliciente: sólo se puede llegar en barco ya que la isla no cuenta con aeropuerto. Realizar esta travesía en barco ya es de por sí toda una experiencia ya que conocerás la otra cara de Ibiza, la cara natural y relajada mientras navegas sus costas.

¿Ventaja de elegir uno de nuestros Ibiza Feeling Hotels? Las salidas de los barcos hacía Formentera son justo enfrente de la  recepción del The Red Hotel, The Blue Apartments y The White apartments, y a escasos 5 minutos de The Purple Hotel. Con lo cual,preparar tu excursión a Formentera no puede estar más a mano y más fácil para ti.

Apunta estos lugares clave que no puedes perderte en tu visita a la isla más natural del mediterráneo y la experiencia será un recuerdo muy especial:

La playa de Ses Illetes, integrada dentro del Parque Natural de Ses Salines es sin duda una de las más bonitas, ¡y no es para menos! ya que durante el año 2017 ha sido seleccionada como la mejor playa de España. Una playa de fina arena dorada, aguas turquesas, rodeada de naturaleza que evoca al mismo Caribe… aunque ya os avisamos, !nada tiene que envidiarle a las paradisíacas playas de Punta Cana!

Ahora nos toca hablar de  la playa de Migjorn, ubicada al sur de la isla constituye la playa más larga de la isla. En esta playa de arenas blancas y aguas turquesas será uno de tus sitios favoritos para relajarte, ya que gracias a sus grandes dimensiones la densidad de bañistas es menor que en otras calas y playas de menor tamaño.

Vuestro día en Formentera tendrá 4 momentos obligatorios: playas, sol, paella y faros. Uno de los reclamos más pintorescos de la isla son sus dos faros, el primero es  el Faro de Cap de Barbaria, un lugar emblemático que seguro muchos conocen por la película ‘Lucía y el sexo’ de Julio Médem y  el Faro de la Mola, muy conocido también ya que aparecía en una novela de Julio Verne. Merece la pena quedarse en este último para ver la puesta de sol… simplemente espectacular.